A diferencia de otros países de la región, donde la mayor parte de las áreas protegidas cubren zonas montañosas, desiertos, glaciares, selvas en alta proporción de propiedad estatal, proteger paisajes, biodiversidad y cultura rural en el Uruguay significa trabajar en territorios bajo sistemas productivos de propiedad privada. Siendo las praderas o pastizales el ecosistema más estendido en Uruguay su conservación pasa necesariamente por buenos manejos productivos a nivel de los sistemas pecuarios, con una visión agroecológica. Más alla de esto, que es el aspecto fundamental, las políticas de conservación de áreas específicas son una necesidad en el mundo y Uruguay.
Los pastizales del Cono Sur constituyen ecosistemas que poseen una diversidad biológica excepcional, más de 400 especies de gramíneas nativas, 280 especies de aves silvestres, 75 especies entre reptiles y anfibios y más de 85 de mamíferos silvestres. A pesar de ser un bioma muy diverso, productivo y amenazado del planeta, los pastizales templados están escasamente protegidos a nivel mundial.
En 2005, Uruguay empezó a implementar su Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), definiendo áreas donde se ha establecido la intención de conservar la diversidad natural y cultural del país. Entre 2008, se incorporan las dos primeras áreas al SNAP llegando actualmente a ocho áreas, cubriendo un total de 120 mil hectáreas (menos del 0,4% del territorio). El 54% de la superficie terrestre de las áreas protegidas corresponden a distintos tipos de pastizales naturales.
Las principales áreas con pastizales son, el Paisaje Protegido Quebrada de los Cuervos (Treinta y Tres) donde los pastizales constituyen uno de los objetos focales de conservación; representan el 50% de la superficie,el Parque Nacional Esteros de Farrapos, un área estatal donde un conjunto de productores vecinos tienen ganado en pastoreo, el Paisaje Protegido Laguna de Rocha y el Paisaje Protegido Valle del Lunarejo y su entorno (Rivera y Tacuarembó). En un Sistema donde el 54% de la superficie terrestre corresponde a pastizales bajo uso ganadero pastoril, los productores ganaderos son actores clave.
Además de los Planes de manejo de las áreas protegidas, hay actualmente un Proyecto de Incentivos Oficiales a la Conservación de los Pastizales Naturales de Cono Sur es una iniciativa conjunta de los gobiernos de la región y la Alianza de Pastizal, que cuenta con ayuda del BID. Su objetivo es contribuir a la conservación de los pastizales naturales, su biodiversidad y los servicios ecosistémicos que benefician a la sociedad en su conjunto, a través de un sistema de incentivos a los productores rurales que realizan un manejo conservacionista de sus predios. Forman parte de esta iniciativa los gobiernos del Estado de Río Grande do Sul, las provincias argentinas de Santa Fé, Entre Ríos y Formosa y los gobiernos de Uruguay y Paraguay junto a organizaciones sociales de los cuatro países. El proyecto prevé desarrollar un Índice de Contribución a la Conservación de los Pastizales Naturales (ICP), una selección de las mejores herramientas de incentivos y una revisión de capacidades administrativas para su aplicación.
La Convención de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, en su séptima Conferencia de las Partes realizada en Kuala Lumpur, 2004, adoptó un programa de trabajo mundial para las áreas protegidas. El propósito del programa es impulsar el establecimiento de una red mundial de áreas protegidas, completa, representativa y eficazmente manejada. En el mismo sentido, una de las conclusiones del último Congreso de Parques de la UICN 2014 en Sidney, Australia, fue la importancia de incrementar el número de áreas protegidas en el mundo y de reforzar su protección. La meta para 2020 es pasar de proteger del 15% al 17% de la superficie terrestre y del 3% al 10% de la superficie marina.
Estos esfuerzos incipientes en para la conservación y mejor uso de los ecosistemas de pastizales deben incrementarce ampliamente en Uruguay, donde el ecosistema de praderas es dominante.
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